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Especial Global Fashion Summit 2024
¿Desbloqueando el siguiente nivel?
¡Hola!
¿Cómo estás?
Esta semana la So Good Business la dedico íntegramente al Global Fashion Summit 2024, el evento más global sobre moda y sostenibilidad.
Como siempre, o quizás más que nunca, lo que viene a continuación es una visión totalmente subjetiva de lo que vi, oí y, sobre todo percibí, estos tres días. No creo en el periodismo objetivo. Sí creo en el valor que puedo aportar ofreciendo mi punto de vista independiente.
Ojalá la lectura de esta news te ayude a situarte y te inspire.
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¡Vamos allá!
🔎 El Global Fashion Summit 2024, a fondo
Contexto: del 21 al 23 de mayo tuvo lugar en Copenhague la 15ª edición del Global Fashion Summit. Se trata de una de las cumbres más importantes del sector de la moda y de su relación con el medio ambiente.
Antecedentes: La primera edición del Global Fashion Summit (que en realidad hasta 2021 se llamó Copenhagen Fashion Summit) fue en 2009, coincidiendo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP15) celebrada en Copenhague ese mismo año.
Objetivo: La cumbre se creó con el objetivo de ser un foro líder en la promoción de la sostenibilidad dentro de la industria de la moda, reuniendo a líderes de la industria, legisladores, expertos en sostenibilidad y otras partes interesadas para discutir y abordar los desafíos ambientales y sociales del sector.
Por qué es importante: el summit ha tomado especial relevancia este año porque, en un momento en que la sostenibilidad está en boca de todos, se ha centrado en reflexionar acerca de lo avanzado (o no) en estos 15 años en estos temas, con la voluntad de avanzar hacia el siguiente nivel (unlocking de next level).
En cifras:
Más de 110 oradores que representan más de 20 países, con un 60% de los oradores identificándose como ella y un 40% como él.
Más de 1.000 asistentes.
31 expositores de soluciones.
Más de 400 reuniones entre marcas y proveedores de soluciones.
33 sesiones.
18 mesas redondas de liderazgo.
Nombres clave:
La cumbre ha contado con decenas de ponentes, muchos de ellos potentísimos, pero aquí te comparto mi particular selección, no siempre por la relevancia, si no por lo que dijeron o cómo me inspiraron:
Paul Polman (ex- Unilever, autor the NetPositive), porque fue de los que habló más claro: “Quizás no hace falta innovar más, si no actuar más”.
Vanessa Friedman (The New York Times) porque fue la primera, y me atrevería a decir la única, que puso sobre la mesa de debate el tema de la sobreproducción. Bravo.
António de Sousa Maia (European Comission), porque explicó todo lo que pudo, y más, sobre los requerimientos específicos del textil en el Reglamento del Ecodiseño.
Ana Rodes (Recover): porque gustó mucho que una empresa española de reciclado tuviera una presencia tan relevante en una cumbre mundial sobre moda y sostenibilidad. Y porque Ana habló claro acerca de que si no hay demanda de reciclado, difícilmente habrá oferta,
Edwin Keh (The Hong Kong Research Institute of Textiles and Apparel), porque cuesta de encontrar personas con una escucha tan activa de sus compañeros de mesa y una visión tan sensata y conciliadora, poniendo especial foco en el ecodiseño.
Lutz Walter (ETP), porque su insistencia en la importancia de producir bajo demanda y hacerlo con productos durables a nivel material pero también emocional es clave.
Lo más destacado:
Te sintetizo las 12 ideas clave que surgieron en la cumbre y con las que deberías quedarte:
Tras 15 años de la primera cumbre, se ha avanzado mucho en el discurso sobre sostenibilidad y circularidad, pero la puesta en acción es más bien lenta y escasa.
El cambio real no se conseguirá si la “gran apuesta” de las grandes empresas es invertir en una o dos startups. Como dijo, creo que fue Peder Michael Anker Jørgensen (Global Fashion Agenda): “Las grandes deberían estar invirtiendo en cientos de startups”.
La innovación de materiales, procesos, tecnología está muy bien, pero es imprescindible que las empresas, sobre todo las grandes, se pongan manos a la obra e implementen nuevas dinámicas.
La circularidad real, sobre todo respecto a los nuevos materiales, pasa por conseguir la escalabilidad, que se conseguirá sólo, tal y como dijo Ana Rodes (Recover) si se incrementa la demanda de estos. Demanda que debe venir impulsada por ley.
El cambio real (next level) llegará cuando las nuevas regulaciones se implementen realmente. Y para ello deberos esperar al 2030.
Las regulaciones deberían ser globales y no estar fragmentadas entre países o zonas mundiales, para evitar burocracia y ser más eficientes. Lo comentó Nate Herman (American Apparel & Footwear Association - AAFA) y no puedo estar más de acuerdo.
Es clave encontrar el equilibrio entre la durabilidad y la reciclabilidad, tanto a la hora de legislar como a la hora de producir.
Para que el ecodiseño funcione, es clave hacer entender a los equipos creativos la importancia de éste y las posibilidades creativas que les aporta.
Los KPI’s de directivos y departamento deben de vincularse a la sostenibilidad.
Las marcas de moda deben de responsabilizarse de las medición del scope 3 y de invertir en soluciones para minimizar su impacto.
Para provocar el cambio, la colaboración es clave y debe acabarse con el ocultismo y secretismo del sector de la moda.
Prácticamente nadie quiso abordar el problema de la sobreproducción, aunque entre pasillos fue un conversación recurrente.
Proyectos a tener en cuenta:
Te recomiendo que le eches un vistazo al Innovation Forum, donde encontrarás soluciones muy interesante para acelerar la transición del sector. Aquí los que más me llamaron la atención, tanto del foro como expuestas en las distintas sesiones:
Modern Meadow: empresa dedicada a la creación de materiales de nueva generación a partir de la proteína Bio-Alloy™ y biomateriales. Especialmente interesante Bio-Vera, una imitación del cuero que hasta huele igual.
Sky High Farm Universe: firma de moda con un modelo de negocio basado en apoyar la agricultura sostenible en Nueva York y que destaca por maravillosa colaboraciones con firmas como Balenciaga o Converse, entre muchas.
Cecile Bahnsen: firma danes que fusiona la estética escandinava con la francesa. Me ha gustado mucho su estrategia de sostenibilidad, muy inspiradora para pequeñas y medianas marcas de moda.
El probador virtual de Eileen Fisher, y en general toda su propuesta para ayudarnos a vestir desde el consumo responsable y coherente. También muy inspiradora para marcas que quieran prepararse para las nuevas normativas europeas.
Repack: empresa finlandesa que ofrece un sistema de packaging totalmente reutilizable y que ya están utilizando importantes grupos de moda tanto para su transporte interno como externo.
GS1: organización sin ánimo de lucro dedicada a mejorar la eficiencia, la seguridad y la transparencia en las cadenas de suministro a través del desarrollo y la implementación de estándares internacionales de identificación y comunicación de datos. Es conocida por la estandarización de los códigos de barra, pero probablemente será un actor clave en todo lo que se refiere al pasaporte digital de producto.
The Washing Machine Project: empresa social del reino Unido cuya propuesta de valor es una lavadora manual plegable cuya finalidad es mejorar la calidad de vida de niñas y mujeres en comunidades empobrecidas. Muy interesante el apoyo de Whirlpool Foundation y muy inspirador el discurso del CEO de la empresa, Nav Sawhney.
En conclusión:
El discurso (oficial y extraoficial) del Global Fashion Summit no es nada distinto del que puede escucharse en foros más locales o cercanos, con la diferencia de que en Copenhague la voz la tienen los grandes, que son los que deciden.
La mayoría de empresas y ponentes aseguran que en las empresas que representan hay muy buena voluntad e intenciones, y lo cierto es que se están llevando a cabo mejoras operacionales interesantes.
Pese a ello, se percibe una tremenda falta de valentía, ya que nadie se atreve a cambiar el modelo de negocio, que en realidad es el gran problema.
No me puedo callar:
Sentí vergüenza ajena cuando todo el auditorio entero aplaudió al CFO de H&M, Adam Karlsson, al mencionar el comprometió de una inversión de cien millones de dólares, junto a Bestseller, para la construcción de un parque eólico marino en Bangladesh para abastecer de energía renovable al país.
Que conste que la iniciativa me parece fantástica, pero no para un aplauso, teniendo en cuenta el impacto ambiental y social negativo que estas empresas están generando en el país desde hace décadas y que la CSDDD de alguna manera ya les obliga a ello.
Mi visión:
Mal que me pase, la tengo totalmente puesta en las regulaciones que se están aprobando, y en concreto en el Reglamento Europeo del Ecodiseño. Creo que ello obligará a modificar los modelos de negocio, permitiendo que las grandes marcas de moda no pierdan en facturación pero sí reduciendo la producción. En pocos años imagino que comprar ropa será más caro, pero mejor.
Y esto es todo por hoy. Gracias por leerme y por formar parte de esta comunidad.
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Sònia Flotats